מוטי אפרתי
  • página de inicio
  • Acerca de
  • Tours
  • קטלוג
  • טיולים לחו»ל
  • Galería
  • artículos
  • recomendación
  • Contacto
  • Español
    • English
  • página de inicio
  • Acerca de
  • Tours
  • קטלוג
  • טיולים לחו»ל
  • Galería
  • artículos
  • recomendación
  • Contacto
  • Español
    • English
מוטי אפרתי
  • página de inicio
  • Acerca de
  • Tours
  • קטלוג
  • טיולים לחו»ל
  • Galería
  • artículos
  • recomendación
  • Contacto
  • Español
    • English
  • página de inicio
  • Acerca de
  • Tours
  • קטלוג
  • טיולים לחו»ל
  • Galería
  • artículos
  • recomendación
  • Contacto
  • Español
    • English
Fe Baháʼí

Fe Baháʼí

28 בoctubre 2025 21:25 No Comments Asi Cohen

¡Claro! Aquí tienes la traducción al español del artículo sobre la Fe Baháʼí:


 

Fe Baháʼí

 

Este artículo trata sobre la comunidad religiosa global. Para otros usos relacionados, véase Bahai (desambiguación).

La Fe Baháʼí (en persa: بهائیت Baháʼiyyat, en árabe: بهائية Baháʼiyya /bəˈhaɪ/ [nota 1]) es una religión monoteísta que enfatiza la unidad espiritual de toda la humanidad.

Sede de la Casa Universal de Justicia, cuerpo gobernante de los Baháʼís, en Haifa, Israel.

Tres principios fundamentales establecen la base de las enseñanzas y la doctrina baháʼí: la unidad de Dios, que solo hay un Dios que es la fuente de toda la creación; la unidad de la religión, que todas las religiones principales tienen la misma fuente espiritual y provienen del mismo Dios; y la unidad de la humanidad, que todos los humanos han sido creados iguales, junto con la unidad en la diversidad, que la diversidad de raza y cultura se considera digna de aprecio y aceptación.

Según las enseñanzas de la Fe Baháʼí, el propósito humano es aprender a conocer y amar a Dios a través de métodos como la oración, la reflexión y el servicio a la humanidad.

La Fe Baháʼí fue fundada por Baháʼu’lláh en la Persia del siglo XIX. Baháʼu’lláh fue exiliado por sus enseñanzas de Persia al Imperio Otomano y murió mientras aún era oficialmente prisionero. Después de la muerte de Baháʼu’lláh, bajo el liderazgo de su hijo, ʻAbdu’l-Bahá, la religión se extendió desde sus raíces persas y otomanas, afianzó su posición en Europa y América, y se consolidó en Irán, donde sufre una intensa persecución. Tras la muerte de ʻAbdu’l-Bahá, el liderazgo de la comunidad baháʼí entró en una nueva fase, evolucionando de un solo individuo a un orden administrativo con cuerpos electos e individuos designados. Probablemente haya más de 5 millones de baháʼís en todo el mundo en más de 200 países y territorios.

En la Fe Baháʼí, se considera que la historia religiosa se ha desarrollado a través de una serie de mensajeros divinos, cada uno de los cuales estableció una religión adecuada a las necesidades del tiempo y a la capacidad de la gente. Estos mensajeros han incluido figuras abrahámicas (Moisés, Jesús, Mahoma), así como figuras indias (Krishna, Buda) y otros. Para los baháʼís, los mensajeros más recientes son El Báb y Baháʼu’lláh. Según la creencia baháʼí, cada mensajero consecutivo profetizó sobre los mensajeros que le seguirían, y la vida y las enseñanzas de Baháʼu’lláh cumplieron las promesas del tiempo del fin de las escrituras anteriores. Se entiende que la humanidad está en un proceso de evolución colectiva, y la necesidad del tiempo presente es el establecimiento gradual de la paz, la justicia y la unidad a escala global.


 

1. Etimología

 

La palabra Baháʼí se usa como adjetivo para referirse a la Fe Baháʼí o como término para un seguidor de Baháʼu’lláh. La palabra no es un sustantivo que signifique la religión en su conjunto. Se deriva del árabe Baháʼ (بهاء), que significa «gloria» o «esplendor». El término «Bahaísmo» (o «Baha’ismo») todavía se utiliza, principalmente en un sentido peyorativo.


 

2. Creencias

 

Tres principios fundamentales establecen la base de las enseñanzas y la doctrina baháʼí: la unidad de Dios, la unidad de la religión y la unidad de la humanidad. De estas postulaciones surge la creencia de que Dios revela periódicamente Su voluntad a través de mensajeros divinos, cuyo propósito es transformar el carácter de la humanidad y desarrollar, en aquellos que responden, cualidades morales y espirituales. Por lo tanto, la religión es vista como ordenada, unificada y progresiva de una era a otra.

 

2.1. Dios

 

Los escritos baháʼís describen un Dios único, personal, inaccesible, omnisciente, omnipresente, imperecedero y todopoderoso que es el creador de todas las cosas en el universo. Se cree que la existencia de Dios y del universo es eterna, sin principio ni fin. Aunque es inaccesible directamente, se considera que Dios es consciente de la creación, con una voluntad y un propósito que se expresa a través de mensajeros denominados Manifestaciones de Dios.

Las enseñanzas baháʼís afirman que Dios es demasiado grande para que los humanos lo comprendan completamente, o para crear una imagen completa y precisa de Él por sí mismos. Por lo tanto, la comprensión humana de Dios se logra a través de Sus revelaciones mediante Sus Manifestaciones. En la religión baháʼí, a menudo se hace referencia a Dios mediante títulos y atributos (por ejemplo, el Todopoderoso o el Todo Amoroso), y hay un énfasis sustancial en el monoteísmo; doctrinas como la Trinidad se consideran que comprometen, si no contradicen, la visión baháʼí de que Dios es único y no tiene igual.

Las enseñanzas baháʼís afirman que los atributos que se aplican a Dios se utilizan para traducir la Divinidad en términos humanos y también para ayudar a los individuos a concentrarse en sus propios atributos al adorar a Dios para desarrollar sus potencialidades en su camino espiritual. Según las enseñanzas baháʼís, el propósito humano es aprender a conocer y amar a Dios a través de métodos como la oración, la reflexión y el servicio a los demás.

 

2.2. Religión

 

Las nociones baháʼís de revelación religiosa progresiva resultan en la aceptación de la validez de las religiones bien conocidas del mundo, cuyos fundadores y figuras centrales son vistos como Manifestaciones de Dios. La historia religiosa se interpreta como una serie de dispensaciones, donde cada manifestación trae una revelación algo más amplia y avanzada, que se plasma como un texto de escritura y se transmite a través de la historia con mayor o menor fiabilidad, pero al menos verdadera en sustancia, adecuada para el tiempo y lugar en el que se expresó. Enseñanzas sociales religiosas específicas (por ejemplo, la dirección de la oración o las restricciones dietéticas) pueden ser revocadas por una manifestación posterior para que se pueda establecer un requisito más apropiado para el tiempo y el lugar. Por el contrario, ciertos principios generales (por ejemplo, la buena vecindad o la caridad) se consideran universales y consistentes. En la creencia baháʼí, este proceso de revelación progresiva no terminará; sin embargo, se cree que es cíclico. Los baháʼís no esperan que aparezca una nueva manifestación de Dios dentro de los 1000 años de la revelación de Baháʼu’lláh.

Las creencias baháʼís a veces se describen como combinaciones sincréticas de creencias religiosas anteriores. Sin embargo, los baháʼís afirman que su religión es una tradición distinta con sus propias escrituras, enseñanzas, leyes e historia.

Si bien la religión fue vista inicialmente como una secta del Islam, la mayoría de los especialistas religiosos la ven ahora como una religión independiente, siendo sus antecedentes religiosos en el Islam chiíta vistos como análogos al contexto judío en el que se estableció el cristianismo. Las instituciones y el clero musulmán, tanto sunita como chiíta, consideran a los baháʼís como desertores o apóstatas del Islam, lo que ha provocado que los baháʼís sean perseguidos. Los baháʼís describen su fe como una religión mundial independiente, que se diferencia de las otras tradiciones en su antigüedad relativa y en la idoneidad de las enseñanzas de Baháʼu’lláh para el contexto moderno. Se cree que Baháʼu’lláh ha cumplido las expectativas mesiánicas de estas fes precursoras.

 

2.3. Seres Humanos

 

Los escritos baháʼís afirman que los seres humanos tienen un «alma racional», y que esto proporciona a la especie una capacidad única para reconocer el estado de Dios y la relación de la humanidad con su creador. Se considera que todo ser humano tiene el deber de reconocer a Dios a través de Sus mensajeros y de ajustarse a Sus enseñanzas. Los escritos baháʼís afirman que, a través del reconocimiento y la obediencia, el servicio a la humanidad y la oración regular y la práctica espiritual, el alma se acerca a Dios, el ideal espiritual en la creencia baháʼí. Cuando un humano muere, el alma pasa al mundo siguiente, donde su desarrollo espiritual en el mundo físico se convierte en una base para el juicio y el avance en el mundo espiritual. Se enseña que el Cielo y el Infierno son estados espirituales de cercanía o distancia de Dios que describen relaciones en este mundo y en el próximo, y no lugares físicos de recompensa y castigo logrados después de la muerte.

Los escritos baháʼís enfatizan la igualdad esencial de los seres humanos y la abolición de los prejuicios. Se considera que la humanidad es esencialmente una, aunque muy variada; su diversidad de raza y cultura se considera digna de aprecio y aceptación. Las doctrinas de racismo, nacionalismo, casta, clase social y jerarquía basada en el género se consideran impedimentos artificiales para la unidad. Las enseñanzas baháʼís afirman que la unificación de la humanidad es el tema primordial en las condiciones religiosas y políticas del mundo actual.


 

3. Enseñanzas

 

 

3.1. Resumen

 

Shoghi Effendi, el jefe designado de la religión de 1921 a 1957, escribió el siguiente resumen de lo que consideraba los principios distintivos de las enseñanzas de Baháʼu’lláh, que, según él, junto con las leyes y ordenanzas del Kitáb-i-Aqdas, constituyen la base de la Fe Baháʼí:

La búsqueda independiente de la verdad, sin trabas por la superstición o la tradición; la unidad de toda la raza humana, el principio fundamental y la doctrina fundamental de la Fe; la unidad básica de todas las religiones; la condena de todas las formas de prejuicio, ya sean religiosos, raciales, de clase o nacionales; la armonía que debe existir entre la religión y la ciencia; la igualdad de hombres y mujeres, las dos alas sobre las que el pájaro del género humano es capaz de volar; la introducción de la educación obligatoria; la adopción de un idioma auxiliar universal; la abolición de los extremos de riqueza y pobreza; la institución de un tribunal mundial para la adjudicación de disputas entre naciones; la exaltación del trabajo, realizado en espíritu de servicio, al rango de adoración; la glorificación de la justicia como principio rector en la sociedad humana, y de la religión como baluarte para la protección de todos los pueblos y naciones; y el establecimiento de una paz permanente y universal como el objetivo supremo de toda la humanidad, estos se destacan como los elementos esenciales [que Baháʼu’lláh proclamó].

 

3.2. Principios Sociales

 

Los siguientes principios se enumeran frecuentemente como un resumen rápido de las enseñanzas baháʼís. Se derivan de transcripciones de discursos dados por ʻAbdu’l-Bahá durante su gira por Europa y Norteamérica en 1912. La lista no es autorizada y circula una variedad de tales listas.

  • Unidad de Dios
  • Unidad de la religión
  • Unidad de la humanidad
  • Unidad en la diversidad
  • Igualdad entre hombres y mujeres
  • Eliminación de todas las formas de prejuicio
  • Paz mundial y un Nuevo Orden Mundial
  • Armonía entre religión y ciencia
  • Investigación independiente de la verdad
  • Principio de la Civilización en Constante Avance
  • Educación obligatoria universal
  • Idioma auxiliar universal
  • Obediencia al gobierno y no participación en la política partidista, a menos que la sumisión a la ley equivalga a una negación de la Fe.
  • Eliminación de los extremos de riqueza y pobreza

Con especial referencia a la búsqueda de la paz mundial, Baháʼu’lláh prescribió un acuerdo de seguridad colectiva que abarque el mundo como necesario para el establecimiento de una paz duradera.

 

3.3. Enseñanzas Místicas

 

Aunque las enseñanzas baháʼís tienen un fuerte énfasis en los problemas sociales y éticos, existen una serie de textos fundamentales que han sido descritos como místicos. Los Siete Valles es considerada la «mayor composición mística» de Baháʼu’lláh. Fue escrita a un seguidor del sufismo, al estilo de ʻAttar, el poeta musulmán persa, y establece las etapas del viaje del alma hacia Dios. Fue traducida por primera vez al inglés en 1906, convirtiéndose en uno de los primeros libros de Baháʼu’lláh disponibles para Occidente. Las Palabras Ocultas es otro libro escrito por Baháʼu’lláh durante el mismo período, que contiene 153 pasajes cortos en los que Baháʼu’lláh afirma haber tomado la esencia básica de ciertas verdades espirituales y haberlas escrito en forma breve.

 

3.4. Pacto

 

Las enseñanzas baháʼís hablan de un «Pacto Mayor», que es universal e interminable, y un «Pacto Menor», que es único para cada dispensación religiosa. El Pacto Menor es visto como un acuerdo entre un Mensajero de Dios y sus seguidores e incluye prácticas sociales y la continuación de la autoridad en la religión. En este momento, los baháʼís ven la revelación de Baháʼu’lláh como un pacto menor vinculante para sus seguidores; en los escritos baháʼís, ser firme en el pacto se considera una virtud por la que se debe trabajar. El Pacto Mayor es visto como un acuerdo más duradero entre Dios y la humanidad, donde se espera que una Manifestación de Dios venga a la humanidad aproximadamente cada mil años, en tiempos de confusión e incertidumbre. Con la unidad como una enseñanza esencial de la religión, los baháʼís siguen una administración que creen que es divinamente ordenada y, por lo tanto, ven los intentos de crear cismas y divisiones como esfuerzos que son contrarios a las enseñanzas de Baháʼu’lláh. Los cismas han ocurrido por la sucesión de la autoridad, pero las divisiones baháʼís han tenido relativamente poco éxito y no han logrado atraer a un número considerable de seguidores. Los seguidores de tales divisiones son considerados rompedores del Pacto (Covenant-breakers) y son evitados, esencialmente excomulgados.


 

4. Textos Canónicos

 

Los textos canónicos son los escritos de El Báb, Baháʼu’lláh, ʻAbdu’l-Bahá, Shoghi Effendi y la Casa Universal de Justicia, y las conversaciones autenticadas de ʻAbdu’l-Bahá. Los escritos de El Báb y Baháʼu’lláh se consideran como revelación divina, los escritos y conversaciones de ʻAbdu’l-Bahá y los escritos de Shoghi Effendi como interpretación autorizada, y los de la Casa Universal de Justicia como legislación y aclaración autorizadas. Se asume alguna medida de guía divina para todos estos textos. Algunos de los escritos más importantes de Baháʼu’lláh incluyen el Kitáb-i-Aqdas (literalmente, El Libro Más Sagrado), que es su libro de leyes, el Kitáb-i-Íqán (literalmente, El Libro de la Certeza), que se convirtió en el fundamento de gran parte de la creencia baháʼí, Las Gemas de Misterios Divinos, que incluye fundamentos doctrinales adicionales, y Los Siete Valles y Los Cuatro Valles, que son tratados místicos.


 

5. Historia

 

La historia baháʼí sigue una secuencia de líderes, comenzando con la declaración de El Báb en Shiraz, Irán, en la noche del 22 de mayo de 1844, y finalmente recayendo en un orden administrativo establecido por las figuras centrales de la religión. La comunidad baháʼí estuvo confinada principalmente a los imperios persa y otomano hasta después de la muerte de Baháʼu’lláh en 1892, momento en el que tenía seguidores en 13 países de Asia y África. Bajo el liderazgo de su hijo, ʻAbdu’l-Bahá, la religión se afianzó en Europa y América, y se consolidó en Irán, donde todavía sufre una intensa persecución. Tras la muerte de ʻAbdu’l-Bahá en 1921, el liderazgo de la comunidad baháʼí entró en una nueva fase, evolucionando de un solo individuo a un orden administrativo con cuerpos electos e individuos designados.

 

5.1. El Báb

 

En la noche del 22 de mayo de 1844, Siyyid ʻAlí-Muhammad de Shiraz, Irán, proclamó que era «El Báb» (الباب «la Puerta»), refiriéndose a su posterior afirmación de la posición del Mahdi, el Duodécimo Imán del Islam Chiíta. Por lo tanto, sus seguidores eran conocidos como Bábís. A medida que las enseñanzas de El Báb se extendieron, lo que el clero islámico vio como una amenaza, sus seguidores sufrieron una mayor persecución y tortura. Los conflictos se intensificaron en varios lugares hasta convertirse en asedios militares por parte del ejército del Shah. El Báb mismo fue encarcelado y finalmente ejecutado en 1850.

Los baháʼís ven a El Báb como el precursor de la Fe Baháʼí, porque los escritos de El Báb introdujeron el concepto de «Aquel a quien Dios hará manifiesto», una figura mesiánica cuya venida, según los baháʼís, fue anunciada en las escrituras de todas las grandes religiones del mundo, y que Baháʼu’lláh, el fundador de la Fe Baháʼí, afirmó ser en 1863. La tumba de El Báb, ubicada en Haifa, Israel, es un importante lugar de peregrinación para los baháʼís. Los restos de El Báb fueron traídos en secreto de Irán a Tierra Santa y finalmente sepultados en la tumba construida para ellos en un lugar específicamente designado por Baháʼu’lláh. Las principales obras escritas de El Báb traducidas al inglés se recogen en Selecciones de los Escritos de El Báb, de las aproximadamente 135 obras.

 

5.2. Baháʼu’lláh

 

Mírzá Husayn ʻAlí Núrí fue uno de los primeros seguidores de El Báb, y más tarde tomó el título de Baháʼu’lláh. Fue arrestado y encarcelado por esta participación en 1852. Baháʼu’lláh relata que en 1853, mientras estaba encarcelado en la mazmorra de Síyáh-Chál en Teherán, recibió las primeras insinuaciones de que él era el anticipado por El Báb. Poco después fue expulsado de Teherán a Bagdad, en el Imperio Otomano; luego a Constantinopla (actual Estambul); y luego a Adrianópolis (actual Edirne). En 1863, en el momento de su destierro de Bagdad a Constantinopla, Baháʼu’lláh declaró su afirmación de una misión divina a su familia y seguidores. A partir de entonces, las tensiones aumentaron entre él y Subh-i-Azal, el líder designado de los Bábís que no reconoció la afirmación de Baháʼu’lláh. Durante el resto de su vida, Baháʼu’lláh obtuvo la lealtad de la mayoría de los Bábís, que llegaron a ser conocidos como Baháʼís. A partir de 1866, comenzó a declarar su misión como Mensajero de Dios en cartas a los gobernantes religiosos y seculares del mundo, incluidos el Papa Pío IX, Napoleón III y la Reina Victoria.

En 1868, Baháʼu’lláh fue desterrado por el Sultán Abdülâziz por última vez a la colonia penal otomana de ʻAkká, en el actual Israel. Hacia el final de su vida, el estricto y duro confinamiento se relajó gradualmente, y se le permitió vivir en una casa cerca de ʻAkká, mientras seguía siendo oficialmente prisionero de esa ciudad. Murió allí en 1892. Los baháʼís consideran su lugar de descanso en Bahjí como el Qiblih al que se dirigen en la oración cada día.

Baháʼu’lláh escribió muchas obras escritas tomadas como escritura en la religión, de las cuales solo una fracción ha sido traducida al inglés. Se han señalado 15,000 obras, tanto pequeñas como grandes, de las cuales las más significativas son El Libro Más Sagrado, El Libro de la Certeza, Las Palabras Ocultas y Los Siete Valles. También hay una serie de volúmenes recopilatorios de obras más pequeñas, el más significativo de los cuales es Pasajes de los Escritos de Baháʼu’lláh.

 

5.3. ʻAbdu’l-Bahá

 

ʻAbbás Effendi fue el hijo mayor de Baháʼu’lláh, conocido por el título de ʻAbdu’l-Bahá (Siervo de Bahá). Su padre dejó un Testamento que nombraba a ʻAbdu’l-Bahá como el líder de la comunidad baháʼí y lo designaba como el «Centro del Pacto», «Jefe de la Fe» y el único intérprete autorizado de los escritos de Baháʼu’lláh. ʻAbdu’l-Bahá había compartido el largo exilio y encarcelamiento de su padre, que continuó hasta la propia liberación de ʻAbdu’l-Bahá como resultado de la Revolución de los Jóvenes Turcos en 1908. Después de su liberación, llevó una vida de viajes, discursos, enseñanza y mantenimiento de correspondencia con comunidades de creyentes e individuos, exponiendo los principios de la Fe Baháʼí.

Se estima que ʻAbdu’l-Bahá escribió más de 27,000 obras, principalmente en forma de cartas, de las cuales solo una fracción ha sido traducida al inglés. Entre las más conocidas se encuentran El Secreto de la Civilización Divina, la Tabla a Auguste-Henri Forel y Algunas Preguntas Contestadas. Además, las notas tomadas de varios de sus discursos fueron publicadas en varios volúmenes como Charlas de París durante sus viajes a Occidente.

 

5.4. Administración Baháʼí

 

El Kitáb-i-Aqdas de Baháʼu’lláh y el Testamento de ʻAbdu’l-Bahá son documentos fundamentales del orden administrativo baháʼí. Baháʼu’lláh estableció la Casa Universal de Justicia elegida, y ʻAbdu’l-Bahá estableció la Guardianía hereditaria designada y aclaró la relación entre las dos instituciones. En su Testamento, ʻAbdu’l-Bahá nombró a su nieto mayor, Shoghi Effendi, como el primer Guardián de la Fe Baháʼí, sirviendo como jefe de la religión hasta su muerte, durante 36 años.

Shoghi Effendi a lo largo de su vida tradujo textos baháʼís; desarrolló planes globales para la expansión de la comunidad baháʼí; desarrolló el Centro Mundial Baháʼí; mantuvo una voluminosa correspondencia con comunidades e individuos de todo el mundo; y construyó la estructura administrativa de la religión, preparando a la comunidad para la elección de la Casa Universal de Justicia. Murió en 1957 en condiciones que no permitieron el nombramiento de un sucesor.

A nivel local, regional y nacional, los baháʼís eligen miembros para las Asambleas Espirituales de nueve personas, que dirigen los asuntos de la religión. También hay individuos designados que trabajan en varios niveles, incluidos local e internacional, que cumplen la función de propagar las enseñanzas y proteger a la comunidad. Estos últimos no sirven como clero, algo que la Fe Baháʼí no tiene. La Casa Universal de Justicia, elegida por primera vez en 1963, sigue siendo la sucesora y el órgano de gobierno supremo de la Fe Baháʼí, y sus 9 miembros son elegidos cada cinco años por los miembros de todas las Asambleas Espirituales Nacionales. Cualquier varón baháʼí, de 21 años o más, es elegible para ser elegido para la Casa Universal de Justicia; todos los demás puestos están abiertos a baháʼís masculinos y femeninos.

 

5.5. Planes Internacionales

 

En 1937, Shoghi Effendi lanzó un plan de siete años para los baháʼís de Norteamérica, seguido de otro en 1946. En 1953, lanzó el primer plan internacional, la Cruzada Mundial de Diez Años. Este plan incluía objetivos extremadamente ambiciosos para la expansión de las comunidades e instituciones baháʼís, la traducción de textos baháʼís a varios idiomas nuevos y el envío de pioneros baháʼís a naciones no alcanzadas anteriormente. Anunció en cartas durante la Cruzada de Diez Años que sería seguida por otros planes bajo la dirección de la Casa Universal de Justicia, que fue elegida en 1963 en la culminación de la Cruzada. La Casa de Justicia lanzó luego un plan de nueve años en 1964, y le siguieron una serie de planes multianuales posteriores de diversa duración y objetivos, guiando la dirección de la comunidad baháʼí internacional.

Anualmente, el 21 de abril, la Casa Universal de Justicia envía un mensaje de ‘Ridván’ a la comunidad baháʼí mundial, que generalmente ofrece una actualización sobre el progreso realizado con respecto al plan actual y proporciona más orientación para el año venidero. Actualmente se alienta a los baháʼís de todo el mundo a centrarse en la creación de capacidad a través de clases para niños, grupos de jóvenes, reuniones devocionales y un estudio sistemático de la religión conocido como círculos de estudio. Otros enfoques son la participación en la acción social y la participación en los discursos prevalecientes de la sociedad. Los años desde 2001 hasta 2021 representan cuatro planes quinquenales sucesivos, que culminan en el centenario del fallecimiento de ʻAbdu’l-Bahá.


 

6. Demografía

 

Un documento publicado por los baháʼís informó de 4.74 millones de baháʼís en 1986 creciendo a una tasa del 4.4%. Las fuentes baháʼís desde 1991 generalmente estiman que la población baháʼí mundial supera los 5 millones. La Enciclopedia Cristiana Mundial estimó 7.1 millones de baháʼís en el mundo en 2000, representando 218 países, y 7.3 millones en 2010 con la misma fuente. Además, afirman: «La Fe Baháʼí es la única religión que ha crecido más rápido en todas las regiones de las Naciones Unidas durante los últimos 100 años que la población general; Baháʼí fue, por lo tanto, la religión de más rápido crecimiento entre 1910 y 2010, creciendo al menos el doble de rápido que la población de casi todas las regiones de la ONU». El único defecto sistemático de esta fuente fue tener constantemente una estimación más alta de cristianos que otros conjuntos de datos transnacionales.

Desde sus orígenes en los imperios persa y otomano, a principios del siglo XX había una serie de conversos en el sur y sudeste de Asia, Europa y Norteamérica. Durante las décadas de 1950 y 1960, vastos esfuerzos de enseñanza itinerante llevaron la religión a casi todos los países y territorios del mundo. Para la década de 1990, los baháʼís estaban desarrollando programas para la consolidación sistemática a gran escala, y el comienzo del siglo XXI vio grandes afluencias de nuevos adherentes en todo el mundo. La Fe Baháʼí es actualmente la minoría religiosa más grande en Irán, Panamá y Belice; la segunda religión internacional más grande en Bolivia, Zambia y Papúa Nueva Guinea; y la tercera religión internacional más grande en Chad y Kenia.

Según The World Almanac and Book of Facts 2004:

La mayoría de los baháʼís vive en Asia (3.6 millones), África (1.8 millones) y América Latina (900,000). Según algunas estimaciones, la comunidad baháʼí más grande del mundo se encuentra en la India, con 2.2 millones de baháʼís, la siguiente es Irán, con 350,000, EE. UU., con 150,000, y Brasil, con 60,000. Aparte de estos países, los números varían mucho. Actualmente, ningún país tiene una mayoría baháʼí.

La religión baháʼí fue catalogada en The Britannica Book of the Year (1992-presente) como la segunda más extendida de las religiones independientes del mundo en términos del número de países representados. Según Britannica, la Fe Baháʼí (a partir de 2002) está establecida en 247 países y territorios; representa más de 2,100 grupos étnicos, raciales y tribales; tiene escrituras traducidas a más de 800 idiomas; y tiene un estimado de siete millones de adherentes en todo el mundo. Además, los baháʼís se han autoorganizado en la mayoría de las naciones del mundo.

La religión baháʼí fue clasificada por la revista Foreign Policy como la segunda religión de más rápido crecimiento en el mundo por porcentaje (1.7%) en 2007.


 

7. Prácticas Sociales

 

 

7.1. Leyes

 

Las leyes de la Fe Baháʼí provienen principalmente del Kitáb-i-Aqdas, escrito por Baháʼu’lláh. Los siguientes son algunos ejemplos de leyes y observancias religiosas básicas.

  • La oración en la Fe Baháʼí consiste en la oración obligatoria y la oración devocional (general). Los baháʼís mayores de 15 años deben recitar individualmente una oración obligatoria cada día, utilizando palabras y forma fijas. Además de la oración obligatoria diaria, los creyentes están dirigidos a ofrecer diariamente oración devocional y a meditar y estudiar las escrituras sagradas. No hay una forma establecida para las devociones y meditaciones, aunque las oraciones devocionales escritas por las figuras centrales de la Fe Baháʼí y recopiladas en libros de oración son muy valoradas. La lectura en voz alta de oraciones de los libros de oración es una característica típica de las reuniones baháʼís.
  • Se prohíben y denuncian la maledicencia y el chisme.
  • Los baháʼís adultos con buena salud deben observar un ayuno de diecinueve días desde el amanecer hasta el atardecer cada año, desde el 2 hasta el 20 de marzo.
  • Se prohíbe a los baháʼís beber alcohol o tomar drogas, a menos que sean recetadas por médicos.
  • Las relaciones sexuales solo están permitidas entre un esposo y una esposa, y por lo tanto, las relaciones prematrimoniales, extramatrimoniales y homosexuales están prohibidas.
  • El juego de azar está prohibido.
  • El fanatismo está prohibido.
  • Se desaconseja la adhesión al ritual, con la notable excepción de las oraciones obligatorias.
  • Se requiere abstenerse de la política partidista.

Si bien algunas de las leyes del Kitáb-i-Aqdas son aplicables en la actualidad y pueden ser aplicadas hasta cierto punto por las instituciones administrativas, Baháʼu’lláh ha dispuesto la aplicación progresiva de otras leyes que dependen de la existencia de una sociedad predominantemente baháʼí. Las leyes, cuando no están en conflicto directo con las leyes civiles del país de residencia, son vinculantes para todo baháʼí, y la observancia de las leyes personales, como la oración o el ayuno, es responsabilidad exclusiva del individuo.

 

7.2. Matrimonio

 

El propósito del matrimonio en la fe baháʼí es principalmente fomentar la armonía espiritual, el compañerismo y la unidad entre un hombre y una mujer y proporcionar un entorno estable y amoroso para la crianza de los hijos. Las enseñanzas baháʼís sobre el matrimonio lo llaman una fortaleza para el bienestar y la salvación y colocan el matrimonio y la familia como la base de la estructura de la sociedad humana. Baháʼu’lláh alabó mucho el matrimonio, desaconsejó el divorcio y la homosexualidad, y requirió castidad fuera del matrimonio; Baháʼu’lláh enseñó que un esposo y una esposa deben esforzarse por mejorar la vida espiritual del otro. El matrimonio interracial también es muy elogiado a lo largo de las escrituras baháʼís.

Se pide a los baháʼís que tienen la intención de casarse que obtengan una comprensión profunda del carácter del otro antes de decidir casarse. Aunque los padres no deben elegir pareja para sus hijos, una vez que dos individuos deciden casarse, deben recibir el consentimiento de todos los padres biológicos vivos, sean baháʼís o no. La ceremonia de matrimonio baháʼí es simple; la única parte obligatoria de la boda es la lectura de los votos matrimoniales prescritos por Baháʼu’lláh que tanto el novio como la novia leen, en presencia de dos testigos. Los votos son «Todos, en verdad, nos atendremos a la Voluntad de Dios».

 

7.3. Trabajo

 

El monacato está prohibido, y los baháʼís intentan basar su espiritualidad en la vida cotidiana ordinaria. Por ejemplo, realizar un trabajo útil no solo es obligatorio sino que se considera una forma de adoración. Baháʼu’lláh prohibió un estilo de vida mendicante y ascético. La importancia del autoesfuerzo y el servicio a la humanidad en la vida espiritual de uno se enfatiza aún más en los escritos de Baháʼu’lláh, donde afirma que el trabajo realizado en espíritu de servicio a la humanidad goza de un rango igual al de la oración y la adoración a los ojos de Dios.

 

7.4. Lugares de Culto

 

La mayoría de las reuniones baháʼís ocurren en los hogares de los individuos, centros baháʼís locales o instalaciones alquiladas. A nivel mundial, actualmente hay siete Casas de Adoración Baháʼís (Houses of Worship), con una octava en construcción en Chile, y otras siete planificadas a partir de abril de 2012. Los escritos baháʼís se refieren a una institución llamada «Mashriqu’l-Adhkár» (Lugar del Amanecer de la Mención de Dios), que debe formar el centro de un complejo de instituciones que incluyen un hospital, una universidad, etc. El primer Mashriqu’l-Adhkár en ʻIshqábád, Turkmenistán, ha sido la Casa de Adoración más completa.

 

7.5. Calendario

 

El calendario baháʼí se basa en el calendario establecido por El Báb. El año consta de 19 meses, cada uno con 19 días, con cuatro o cinco días intercalares, para formar un año solar completo. El Año Nuevo baháʼí corresponde al tradicional Año Nuevo persa, llamado Naw Rúz, y ocurre en el equinoccio de primavera, el 21 de marzo, al final del mes de ayuno. Las comunidades baháʼís se reúnen al comienzo de cada mes en una reunión llamada Fiesta para la adoración, la consulta y la socialización.

A cada uno de los 19 meses se le da un nombre que es un atributo de Dios; algunos ejemplos incluyen Bahá’ (Esplendor), ʻIlm (Conocimiento) y Jamál (Belleza). La semana baháʼí es familiar en el sentido de que consta de siete días, y cada día de la semana también lleva el nombre de un atributo de Dios. Los baháʼís observan 11 Días Sagrados a lo largo del año, con trabajo suspendido en 9 de ellos. Estos días conmemoran aniversarios importantes en la historia de la religión.

 

7.6. Símbolos

 

Los símbolos de la religión se derivan de la palabra árabe Bahá’ (بهاء «esplendor» o «gloria»), con un valor numérico de 9, razón por la cual el símbolo más común es la estrella de nueve puntas. El símbolo del anillo de piedra y la caligrafía del Nombre Más Grande también se encuentran a menudo. El primero consta de dos estrellas de cinco puntas intercaladas con un Bahá’ estilizado cuya forma pretende recordar las tres unidades, mientras que el último es una representación caligráfica de la frase Yá Bahá’u’l-Abhá (يا بهاء الأبهى «¡Oh, Gloria del Más Glorioso!»).

La estrella de cinco puntas es el símbolo de la Fe Baháʼí. En la Fe Baháʼí, la estrella es conocida como el Haykal (en árabe: «templo»), y fue iniciada y establecida por El Báb. El Báb y Baháʼu’lláh escribieron varias obras en forma de pentagrama.

 

7.7. Desarrollo Socioeconómico

 

Desde sus inicios, la Fe Baháʼí ha tenido participación en el desarrollo socioeconómico, comenzando por otorgar mayor libertad a las mujeres, promulgando la promoción de la educación femenina como una preocupación prioritaria, y esa participación se expresó en la práctica mediante la creación de escuelas, cooperativas agrícolas y clínicas.

La religión entró en una nueva fase de actividad cuando se publicó un mensaje de la Casa Universal de Justicia fechado el 20 de octubre de 1983. Se instó a los baháʼís a buscar formas, compatibles con las enseñanzas baháʼís, en las que pudieran involucrarse en el desarrollo social y económico de las comunidades en las que vivían. A nivel mundial, en 1979 había 129 proyectos de desarrollo socioeconómico baháʼís oficialmente reconocidos. Para 1987, el número de proyectos de desarrollo oficialmente reconocidos había aumentado a 1482.

 

7.8. Naciones Unidas

 

Baháʼu’lláh escribió sobre la necesidad de un gobierno mundial en esta era de la vida colectiva de la humanidad. Debido a este énfasis, la comunidad baháʼí internacional ha optado por apoyar los esfuerzos para mejorar las relaciones internacionales a través de organizaciones como la Liga de Naciones y las Naciones Unidas, con algunas reservas sobre la estructura y constitución actual de la ONU.

La Comunidad Internacional Baháʼí es una agencia bajo la dirección de la Casa Universal de Justicia en Haifa, y tiene estatus consultivo con las siguientes organizaciones:

  • Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
  • Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)
  • Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC)
  • Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
  • Organización Mundial de la Salud (OMS)

La Comunidad Internacional Baháʼí tiene oficinas en las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra y representaciones ante comisiones regionales de las Naciones Unidas y otras oficinas en Adís Abeba, Bangkok, Nairobi, Roma, Santiago y Viena. En los últimos años se establecieron una Oficina del Medio Ambiente y una Oficina para el Adelanto de la Mujer como parte de su Oficina de las Naciones Unidas. La Fe Baháʼí también ha emprendido programas de desarrollo conjuntos con varias otras agencias de las Naciones Unidas. En el Foro del Milenio de las Naciones Unidas del año 2000, un baháʼí fue invitado como el único orador no gubernamental durante la cumbre.


 

8. Persecución

 

Los baháʼís siguen siendo perseguidos en países islámicos, ya que los líderes islámicos no reconocen la Fe Baháʼí como una religión independiente, sino como una apostasía del Islam. Las persecuciones más severas han ocurrido en Irán, donde más de 200 baháʼís fueron ejecutados entre 1978 y 1998, y en Egipto. Los derechos de los baháʼís han sido restringidos en mayor o menor medida en muchos otros países, incluidos Afganistán, Indonesia, Irak, Marruecos y varios países del África subsahariana.

 

8.1. Irán

 

La marginación de los baháʼís iraníes por parte de los gobiernos actuales tiene sus raíces en los esfuerzos históricos del clero musulmán para perseguir a la minoría religiosa. Cuando El Báb comenzó a atraer a un gran número de seguidores, el clero esperó detener la propagación del movimiento afirmando que sus seguidores eran enemigos de Dios. Estas directivas clericales provocaron ataques de turbas y ejecuciones públicas. A partir del siglo XX, además de la represión que afectó a los baháʼís individuales, se iniciaron campañas dirigidas centralmente contra toda la comunidad baháʼí y sus instituciones. En un caso en Yazd en 1903, más de 100 baháʼís fueron asesinados. Las escuelas baháʼís, como las escuelas para niños y niñas de Tarbiyat en Teherán, fueron cerradas en las décadas de 1930 y 1940, los matrimonios baháʼís no fueron reconocidos y los textos baháʼís fueron censurados.

Durante el reinado de Mohammad Reza Pahlavi, para desviar la atención de las dificultades económicas en Irán y de un creciente movimiento nacionalista, se instituyó una campaña de persecución contra los baháʼís. Una campaña antibaháʼí aprobada y coordinada (para incitar la pasión pública contra los baháʼís) comenzó en 1955 e incluyó la difusión de propaganda antibaháʼí en estaciones de radio nacionales y en periódicos oficiales. A fines de la década de 1970, el régimen del Shah perdió constantemente legitimidad debido a las críticas de que era prooccidental. A medida que el movimiento anti-Shah ganó terreno y apoyo, se difundió propaganda revolucionaria que alegaba que algunos de los asesores del Shah eran baháʼís. Los baháʼís fueron retratados como amenazas económicas y como partidarios de Israel y Occidente, y la hostilidad social contra los baháʼís aumentó.

Desde la Revolución Islámica de 1979, los baháʼís iraníes han visto regularmente sus hogares saqueados o se les ha prohibido asistir a la universidad u ocupar puestos de trabajo gubernamentales, y varios cientos han recibido penas de prisión por sus creencias religiosas, más recientemente por participar en círculos de estudio. Los cementerios baháʼís han sido profanados y las propiedades han sido incautadas y ocasionalmente demolidas, incluida la Casa de Mírzá Buzurg, el padre de Baháʼu’lláh. La Casa de El Báb en Shiraz, uno de los tres sitios a los que los baháʼís peregrinan, ha sido destruida dos veces.

Según un panel estadounidense, los ataques contra los baháʼís en Irán aumentaron bajo la presidencia de Mahmoud Ahmadinejad. La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reveló una carta confidencial de octubre de 2005 del Cuartel General de Mando de las Fuerzas Armadas de Irán ordenando a sus miembros que identificaran a los baháʼís y monitorearan sus actividades. Debido a estas acciones, la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas declaró el 20 de marzo de 2006, que «también expresa preocupación de que la información obtenida como resultado de dicho monitoreo se utilizará como base para el aumento de la persecución y la discriminación contra los miembros de la fe Baháʼí, en violación de las normas internacionales. A la Relatora Especial le preocupa que este último desarrollo indique que la situación con respecto a las minorías religiosas en Irán está, de hecho, deteriorándose».

El 14 de mayo de 2008, miembros de un organismo informal conocido como los «Amigos» que supervisaba las necesidades de la comunidad baháʼí en Irán fueron arrestados y llevados a la prisión de Evin. El caso judicial de los Amigos se pospuso varias veces, pero finalmente se puso en marcha el 12 de enero de 2010. Otros observadores no fueron permitidos en la corte. Incluso los abogados defensores, que durante dos años tuvieron un acceso mínimo a los acusados, tuvieron dificultades para entrar en la sala del tribunal. El presidente de la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional dijo que parece que el gobierno ya ha predeterminado el resultado del caso y está violando el derecho internacional de los derechos humanos. Se celebraron nuevas sesiones el 7 de febrero de 2010, el 12 de abril de 2010 y el 12 de junio de 2010.

El 11 de agosto de 2010 se supo que la sentencia judicial era de 20 años de prisión para cada uno de los siete prisioneros, que luego se redujo a diez años. Después de la sentencia, fueron trasladados a la prisión de Gohardasht. En marzo de 2011, las sentencias fueron restablecidas a los 20 años originales. El 3 de enero de 2010, las autoridades iraníes detuvieron a diez miembros más de la minoría baháʼí, según se informa, incluida Leva Khanjani, nieta de Jamaloddin Khanjani, uno de los siete líderes baháʼís encarcelados desde 2008 y en febrero, arrestaron a su hijo, Niki Khanjani.

El gobierno iraní afirma que la Fe Baháʼí no es una religión, sino una organización política, y por lo tanto se niega a reconocerla como una religión minoritaria. Sin embargo, el gobierno nunca ha presentado pruebas convincentes que respalden su caracterización de la comunidad baháʼí. Además, las declaraciones del gobierno de que los baháʼís que se retractaran de su religión verían restaurados sus derechos, atestiguan el hecho de que los baháʼís son perseguidos únicamente por su afiliación religiosa. El gobierno iraní también acusa a la Fe Baháʼí de estar asociada con el sionismo porque el Centro Mundial Baháʼí se encuentra en Haifa, Israel. Estas acusaciones contra los baháʼís no tienen base en hechos históricos, y las acusaciones son utilizadas por el gobierno iraní para usar a los baháʼís como «chivos expiatorios». De hecho, fue el líder iraní Naser al-Din Shah Qajar quien desterró a Baháʼu’lláh de Persia al Imperio Otomano y Baháʼu’lláh fue exiliado más tarde por el Sultán Otomano, a instancias del Shah persa, a territorios más lejanos de Irán y finalmente a Acre en Siria, que solo un siglo después fue incorporado al estado de Israel.

 

8.2. Egipto

 

Las instituciones y actividades comunitarias baháʼís han sido ilegales bajo la ley egipcia desde 1960. Todas las propiedades de la comunidad baháʼí, incluidos los centros baháʼís, las bibliotecas y los cementerios, han sido confiscadas por el gobierno y se han emitido fatwas que acusan a los baháʼís de apostasía.

La controversia de la tarjeta de identificación egipcia comenzó en la década de 1990 cuando el gobierno modernizó el procesamiento electrónico de los documentos de identidad, lo que introdujo un requisito de facto de que los documentos deben enumerar la religión de la persona como Musulmana, Cristiana o Judía (las únicas tres religiones oficialmente reconocidas por el gobierno). En consecuencia, los baháʼís no pudieron obtener documentos de identificación gubernamentales (como tarjetas de identificación nacionales, certificados de nacimiento, certificados de defunción, certificados de matrimonio o divorcio, o pasaportes) necesarios para ejercer sus derechos en su país a menos que mintieran sobre su religión, lo que entra en conflicto con el principio religioso baháʼí. Sin documentos, no podían ser empleados, educados, tratados en hospitales, viajar fuera del país o votar, entre otras dificultades. Tras un prolongado proceso legal que culminó con un fallo judicial favorable a los baháʼís, el ministro del interior de Egipto emitió un decreto el 14 de abril de 2009, enmendando la ley para permitir a los egipcios que no son musulmanes, cristianos o judíos obtener documentos de identificación que enumeren un guion en lugar de una de las tres religiones reconocidas. Las primeras tarjetas de identificación se emitieron a dos baháʼís bajo el nuevo decreto el 8 de agosto de 2009.

« Previous
Next »
Leave a Reply

Haz clic aquí para cancelar la respuesta.

You must be logged in to post a comment.

Contact Us
Recent Galleries
הכפר האפריקאי בירושלים העתיקה -צחי שקד
היציאה מחומות ירושלים-צחי שקד צילם
טיול למדבר יהודה ומנזרים
טיולים באירופה
יהודה ושומרון
טיול במזרח סין
בקעת הירדן והדרום
ירושלים
follow me
  • Facebook
  • Google+
/תקנון ומדיניות
הראל דיגיטל - שיווק עם תוצאות
Scroll to top